Conseguir la igualdad entre los sexos es tarea difícil, aunque no imposible. Con estos escritos intento equilibrar la balanza y reconocer los méritos de muchísimas mujeres a lo largo de la historia, a la vez que analizar de dónde proceden tales desigualdades y así entre todos, hombres y mujeres, mujeres y hombres, luchar por un mundo más justo.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Micromachismos coercitivos

El médico psiquiatra y psicoterapeuta que ha realizado esta investigación: Luís Bonino, ha detectado diversos tipos de micromachismos y cómo actúan negativamente en la salud psicofísica de la mujer. Es cierto que no todos los hombres actúan de la misma forma, las mujeres tampoco, pero con el fin de estudiarlos se establece una clasificación que engloba algunos de los actos micromachistas que se detectan a través de la experiencia. He aquí los tres tipos establecidos:

  1-  Coercitivos o directos, 
  2-Encubiertos o indirectos y 
  3-De crisis.

Como el artículo es extenso en esta entrada solo abordaré el punto 1



MICROMACHISMOS COERCITIVOS O DIRECTOS : es cuando se usa la fuerza moral, psíquica, económica o de personalidad para intentar doblegar a la mujer, limitar su libertad o expoliar su pensamiento, su espacio o su tiempo, restringiendo la capacidad de decisión.
La acción se ejerce cuando se provoca en la mujer un sentimiento de derrota, y percibe la falta de capacidad para defender sus propias decisiones o razones. Esto promueve la desconfianza en sí mismas y la disminución de la autoestima.
Algunos actos son:
Intimidación: situada  en el límite entre la violencia psicológica y los micromachismos usuales. Se trata de atemorizar, dando indicios de que si no se obedece podría “pasar algo”. Una mirada, el tono de voz o cualquier indicador gestual leve,  puede servir para su propósito: atemorizar.
Control del dinero: Este micromachismo se basa en la creencia de que el dinero es patrimonio masculino y se presenta de varios modos.
            - No información sobre usos del dinero común
    -Control de gastos y exigencias de detalles, lo que obliga a la mujer a pedir.
    - Negación del valor económico que supone el trabajo doméstico, cuidado y crianza de hijos o personas.
   No participación en lo doméstico. Será la mujer quien se hace cargo del cuidado de algo común, soportando esta sobrecarga que el varón justifica por su rol de proveedor.
     Abuso y uso del espacio físico y del tiempo. La no negociación de espacios y tareas comunes da lugar a situaciones no deseables para las mujeres. Algunas actitudes se muestran en estos ejemplos:
      -El hombre suele monopolizar el televisor o el mando a distancia o puede ocupar con sus piernas todo el espacio interior de la mesa.
    -El tiempo libre del varón se consigue a costa de la sobrecarga laboral de la mujer, lo cual,  produce malestar psicofísico que lleva a consultar al médico. Pero como su causa no es visible, este malestar se suele atribuir a ciertas características femeninas. Los efectos son ventajosos para el hombre, pero solo a corto plazo ya que en la relación la mujer se convierte en adversaria, impidiendo el vínculo como compañera y no asegurando su afecto. El control solo genera resentimiento y a veces obediencia.
Imposición de la intimidad: consiste en un acercamiento cuando el varón desea y no se molesta en negociar movimientos hacia la intimidad.
 Apelación a la lógica varonil: se trata de imponer ideas conductas o elecciones desfavorables para la mujer, sin tener en cuenta sus sentimientos ni otras alternativas o razones. Se usa por ejemplo a la hora de decidir el lugar de vacaciones.
 Toma o abandono repentino del mando de la situación: se trata de decidir sin consultar, anular o no tener en cuenta las decisiones de la mujer en situaciones que la involucran, basado en la creencia que es el varón el único que las puede tomar. Como ejemplo pueden servir las invitaciones en el último momento de jefes, parientes...etc.

Hasta aquí el resumen de estos micromachismos que por supuesto podéis ampliar con el texto original.

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