Nació Coatzacoalcos
(1502-1529) en la clase social alta. Dice Bernal del Castillo
“…era
gran cacica e hija de grandes caciques y señora de vasallos”.
El devenir de
su historia comienza cuando siendo muy niña su madre la regala al cacique maya
Tabscob, para que el hijo de su nuevo marido heredara el cacicazgo.[i]
Por este hecho Mallinalli adquiere el conocimiento de la lengua maya, además de la suya propia,
el náhuatl. El 15 de mayo de 1519 es nuevamente regalada a Hernán Cortés, cuando este derrota a Tabscob en la batalla de Centla. Los regalos ofrecidos a Cortés son “un
presente en oro, que fueron cuatro diademas (…) trajeron mantas de las que
ellos hacían que son muy vastas (…) veinte mujeres, y entre ellas una muy excelente,
mujer que se dijo Doña Marina, que así se llamó de vuelta cristiana…” [ii]
Cuando Hernán Cortés descubrió el contexto civilizado en el que se encontraba, prefirió la diplomacia y la negociación antes que las armas. El problema era el desconocimiento de la lengua, aunque las labores de traducción las hacía el
fraile Jerónimo de Aguilar, que siendo prisionero de los mayas aprendió su lengua y
costumbres. Cortés no sabía hasta qué punto podía fiarse de las traducciones
de una persona que no era hábil en el campo de la negociación y el convencimiento.
“Sin palabras, sin lengua, sin discurso
no habría empresa y sin empresa no había conquista”[iii]
Malinalli gracias a su inteligencia y a la ayuda del fraile
Aguilar aprendió pronto a desenvolverse con el nuevo idioma y Hernán Cortés la
nombró “la lengua” encargada de
lograr que lo que ella decía cobrara sentido en las mentes de los mexicas y de
los españoles. Ante el propio Moctezuma tuvo que mostrar sus cualidades de traductora.
Doña Marina era una mujer apreciada y respetada por los españoles.
Tuvo un hijo con Hernán Cortés llamado Martín y al que se considera el primero
de una nueva raza, fusión de todas las razas y comienzo del nuevo México.
Durante algún tiempo, Malinche fue acusada de traidora por entregar su patria a los extranjeros. En su favor hay que decir que por aquel entonces no existía un Estado, sino numerosas tribus enfrentadas entre sí, algo que
por otra parte también facilitó la conquista, por no hablar de la creencia de
los aztecas en una profecía, por la cual llegarían los enviados de los dioses, justo en el mismo punto donde aparecieron los españoles. Esta serie de
circunstancias y otras muchas dieron lugar a un episodio de la historia donde siempre existirán
controversias.
(Si tenéis unos veinte minutos podéis ver el vídeo que incluyo y que aclara el tema un poco más.)
(Si tenéis unos veinte minutos podéis ver el vídeo que incluyo y que aclara el tema un poco más.)