Conseguir la igualdad entre los sexos es tarea difícil, aunque no imposible. Con estos escritos intento equilibrar la balanza y reconocer los méritos de muchísimas mujeres a lo largo de la historia, a la vez que analizar de dónde proceden tales desigualdades y así entre todos, hombres y mujeres, mujeres y hombres, luchar por un mundo más justo.

viernes, 25 de mayo de 2012

Marta Nussbaum, filosofa.



Sin Humanidades el pensamiento crítico desparece.


Este titular del periódico digita El comercio.es me da pié a interesarme por la noticia. Encuentro un buen artículo en el que se analiza el tema de las Humanidades en la educación actual y la necesidad de estas disciplinas para las sociedades democráticas. Está basado en la obra de Marta Nussbaum premio Principe de Asturias 2012. 
Ella denomina el problema  crisis silenciosa. En esta crisis entra en conflicto la idea de la educación al servicio del crecimiento económico, con una educación humanista que promocione la actitud crítica y otros valore morales indispensables para mantener las democracias. Una educación basada en la carrera laboral y en beneficios económicos, erosiona nuestras capacidades para criticar la autoridad, las tradiciones, o para sentir compasión por gentes diferentes o marginales que acaban convirtiéndose en un  obstáculo. La pérdida de estas habilidades está poniendo en peligro la salud de las  democracias y un futuro basado en la igualdad y el respeto mutuo.
Las humanidades y las ciencias son dos visiones de educación que ya fueron analizada por filosofos como  Heidegger, Adorno o Habermas, que distinguían una racionalidad basada en el control y la técnica y otra racionalidad basada en  la crítica reflexiva y las humanidades que se orienta a evitar la deshumanización, la pérdida de libertad y de autonomía.
La actual crisis también se puede ver desde la imposición de una educación técnica que se reduce a las reglas del mercado en pro del capitalismo. Esta es la crisis de las sociedades democráticas, por eso Nussbaum quiere reincorporar en la educación las humanidades, para formar a ciudadanos del mundo.
Lo cual permite desarrollar tres capacidades:
1ª.- Capacidad de autoexamen, inspirada en la pedagogía socrática  y que conlleva una autorreflexión sobre la propia cultura y las tradiciones. La falta de reflexión sobre sí mismo conlleva a  dejarse influenciar y a tratar de manera irrespetuosa a los demás. Se trata de reflexionar sobre uno mismo y cuestionar nuestras propias creencias
2ª.-Capacidad verse a sí mismo como ser humano que está en interdependencia con otros seres humanos. Esto implica transcender a las lealtades locales y pensar como  ciudadano del mundo, para lo que es necesario un conocimiento interdisciplinar que ayude a entender cómo funciona la política, la historia o la economía de los pueblos. Este punto se inspira en Tagore para quien era importante el conocimiento de otras culturas para superar el estrecho pensamiento nacionalista.
3ª.-  Capacidad de imaginación narrativa, que implica el sentimiento de empatía, de ponerse a sí mismo en el lugar del otro para comprender sus sentimientos, expectativas o logros.

Dichas capacidades están asociadas al contenido de las humanidades y las artes. Son fundamentales su aprendizaje en sociedades democráticas basadas en el respeto y la comprensión de las personas. Es imprescindible una educación moral con un enfoque de capacidades humanas, formación de emociones morales como la compasión reciprocidad, empatía y la idea de una necesidad mutua. Pero sin descuidar la educación en ciencias, sino más bien corregir el desequilibrio en la actual educación, donde a muchos jóvenes los conocimientos técnicos incitan a un pensamiento único, excluyendo el conocimiento de tradiciones humanísticas como  literatura, filosofía, historia…Lo cual no favorece un entendimiento del mundo en que vivimos, caracterizados por una diversidad cultural.
Es necesario pensar en las consecuencias que acarreará la falta de preocupación sobre el futuro de la educación y la formación de ciudadanos en la sociedad actual.  
“Sería catastrófico convertirse en una nación de gente técnicamente competente que haya perdido la habilidad de pensar críticamente, de examinarse a sí misma y de respetar la humanidad y la diversidad de otros” 
Si esta tendencia se prolonga, las naciones de todo el mundo en breve producirán generaciones enteras de máquinas utilitarias, en lugar de ciudadanos cabales con la capacidad de pensar por sí mismos, poseer una mirada crítica sobre las tradiciones y comprender la importancia de los logros y sufrimientos ajenos. El futuro de la democracia a escala mundial pende de un hilo.



Fuentes:
(El cultivo de la humanidad, 1999) en 



5 comentarios:

Mari Carmen dijo...

No sabes bien lo mucho que me gustan los escritos que nos regalas.
¡Me encantan, sobre todo, me hacen pensar!
Un beso, guapetona.
Mari Carmen.

Antonia dijo...

Gracias Mari Carmen, echaba en falta tus ánimos. Me alegra que vuelvas.
Me parece que no te hace falta nadie para hacerte pensar...¡Tú piensas sola! Buena costumbre esa...

Mari Carmen dijo...

Te leo siempre, querida Antonia, yo también te he echado de menos, pero aquí estamos.
Te animo a escribir, lo espero espectante.
Un saco de besos.

Arturo dijo...

Antonia:
Un buen artículo. Es imprescindible la formación humanística.
No obstante, no olvidemos que por más que intentemos cultivar a quien carece de aptitudes, los resultados que lograremos serán decepcionantes.
En mi caso, un ingeniero que se recibió sin mayor contratiempo y que se dedicó a su carrera desde 1979, se podría esperar al prototipo bosquejado en el texto. Eso no es cierto, ya que una cuestión es la manera de ganarse la vida y otra el desarrollo de la personalidad, el yo, de cada uno.
"Un mundo feliz", de Huxley, describe el modelo aceptado de súper capitalismo. Yo creo en la individualidad, que hace que pensemos libres y no como nos inducen a hacerlo.
En mi ambiente -eminentemente técnico- encontré bastantes personas interesadas en las artes. Por desgracia, noté que las demás son más numerosas. Confundir reglamentos y procedimientos, o el resultado del trabajo tecnológico, con la manera de pensar de quienes lo llevan a cabo es una grave simplificación. Por último, vale aclarar que el avance tecnológico está asociado a un mayor esfuerzo intelectual para su comprensión, lo que atenta contra las reflexivas humanidades.
No hay nada que me impida pensar que no sucede lo mismo en los ambientes humanísticos, aunque desde la perspectiva opuesta.
Y en ambos casos, las posturas se hacen desde la mejor buena intención.
Por supuesto, no tengo por qué creer que haya una solución a esta cuestión.
Te hago llegar un saludo cordial.

Antonia dijo...

Gracias Arturo por hacernos partícipes de tu opinión. Entiendo que una de las cosas que se critica en el artículo es esa terrible división entre ciencias y letras, cuando ambas forma parte de la educación del ser humano. Por otro lado,se establece la idea de que esa división no favorece el estado democrático ya que este se basa en la elección crítica de sus propio representante político. Si al individuo no se le estimula la reflexión crítica mediante la educación adecuada, la democracia dejará de ser posible. Te pongo un ejemplo. En la Comunidad Autónoma Andaluza, a la cual pertenezco, ha permanecido en el poder durante treinta años aprox. el mismo partido político –elegido por el pueblo, por supuesto- ¿Consideras esto una democracia? En teoría es así, pero la democracia está basada entre otras cosas en una alternancia en el poder y en la creación de grupos sociales que cuestiones al partido gobernante.
En fin, el problema es mucho más complejo y profundo pero estarás de acuerdo en que sin un espíritu muy crítico dentro de la sociedad a la que pertenecemos, la libertad individual y de elección se queda en nada.
Pues recibe un saludo cordial desde Sevilla.