Conseguir la igualdad entre los sexos es tarea difícil, aunque no imposible. Con estos escritos intento equilibrar la balanza y reconocer los méritos de muchísimas mujeres a lo largo de la historia, a la vez que analizar de dónde proceden tales desigualdades y así entre todos, hombres y mujeres, mujeres y hombres, luchar por un mundo más justo.

martes, 12 de octubre de 2010

Apuntes sobre feminismo

El feminismo como corriente social comienza en el siglo XVII. Un cartesiano, Poulain de la Barre (1647-1723) escribe textos en defensa de la igualdad entre hombres y mujeres. Dice que las variantes somáticas no suponen variables intelectuales. Ya que cuando una mujer recibe educación, alcanza los mismos valores que el hombre.
Durante los siglos XVII-XVIII se extiende la idea de la igualdad. Pero a medida que se extiende el liberalismo político y económico la igualdad entre sexo no se ve con buenos ojos. Se piensa que dará lugar a un caos social.

Aparece el liberalismo conservador de Kant y Rousseau y opinan que las mujeres son muy diferentes de los hombres. La intelectualidad depende de la configuración del cuerpo. Para estos filósofos la mujer es un animal doméstico que debe estar sometido a tutores y que hay que educarla para satisfacer al varón.
Rousseau dice en su obra “El Emilio”:
“En lo que se relaciona con el sexo la mujer es igual al hombre: tiene los mismos órganos, las mismas necesidades y las mismas facultades; la máquina tiene la misma construcción, son las mismas piezas y actúan de la misma forma (...) En lo que existe de común entre ellos, son iguales, pero en lo diferente no son comparables. Se deben parecer tan poco un hombre y una mujer perfectos en el entendimiento como en el rostro... El uno debe ser activo y fuerte, el otro pasivo y débil. Es indispensable que el uno quiera y pueda y es suficiente con que el otro oponga poca resistencia."
Mary Wollstonecraft, (1759-1797) en Vindicación de los Derechos de la Mujer rechaza los argumentos de Rousseau. , “la educación ideal es aquella que permita el ejercicio independiente de la razón, esta era la opinión de Rousseau respecto a los hombres, yo lo extiendo a las mujeres”
Hace una crítica a la formación de la sociedad patriarcal en nuestras sociedades y rechaza el mantenimiento de las diferencias de género que institucionaliza la identidad social masculina a través de lo público o el mundo de la razón y la identidad femenina a través de los sentimientos y la moralidad a través de lo privado:
“los hombres tratan de asegurar la buena conducta de la mujer intentando mantenerles siempre en un estado de niñez”(…) “desean persuadir a las mujeres en su intento de adquirir fortaleza, de la mente y cuerpo, para convencerles de frases blandas, susceptibilidad del corazón, delicadeza de sentimiento y refinación del sabor”
Ya en el siglo XIX, en Estados Unidos el liberalismo se une al abolicionismo. Stuart Mill (1806-1873) y su mujer Harriet Taylor que inspiraron la defensa de los derechos de las mujeres. Su obra es considerada feminista. El autor observa que la opresión hacia la mujer es un modelo social obsoleto. Una serie de prejuicios que impedirán el progreso de la humanidad. En Sufragio de las Mujeres dice:
Lo que queremos para las mujeres es la igualdad de derechos, igualdad de privilegios sociales, no una situación diferente, una especie de sacerdocio sentimental”

Mientras tanto, en Estados Unidos las primeras sufragistas reclaman el voto. Las mujeres tienen una amplia participación social, haciendo campañas anti alcohol, o ligas moralistas. Ellas tienen una amplia participación social pero no votan. Luchan por acabar con las desigualdades pero el propio sistema no lo permite.
Las mujeres trabajadoras se encuentran explotadas por el empresario. Su salario se lo apropia el marido y si hay herencia será del hijo primogénito. El capitalismo, por tanto se encuentra íntimamente vinculado al patriarcado.
Así, el feminismo se muestra como el enemigo de la sociedad patriarcal, supone la toma de conciencia por parte de las mujeres de su importancia como colectivo, como clase social y como ruptura con la tradición.
Dice Etta Palm D`Aeders, activista holandesa nacida en 1743:
“Habéis devuelto al hombre la dignidad de su ser al reconocer sus derechos; no debéis permitir que la mujer siga sufriendo bajo una autoridad arbitraria”